Radiguet le manda a Huidobro el poema de Cocteau. Es muy hermoso.

Le cuenta que está por publicar una antología de toda la poesía americana de vanguardia. Le solicita que escriba un artículo para el prólogo y por último pide tres composiciones de Huidobro para completar los diez que va a incluir en esta antología, entre las cuales estará también "Ecuatorial".

Texto ilegible.

Kisling le agradece su carta. Le dice que es un tipo chic que hasta ha comido donde Tocardi. Lo saluda.

Por la huelga de correos, fue necesario enviar el telegrama del que ya recibió contestación. No le ha quedado claro si tiene que partir el 30 o el 31, en todo caso cuando llegue a San Sebastián le telegrafiará avisándole fecha y hora de llegada, procurando que sea el 31.

Siente no haberse podido despedir de él. Los días pasados con él fueron como un baño de optimismo. Ha encontrado en Huidobro un corazón amigo, difícil de encontrar entre los artistas profesionales, que lo llena de satisfacción tanto a él como a Larrea. Le cuenta que ha vuelto a trabajar en ensayo político, ha leído obras de Huidobro y acaba de recibir 2 ejemplares de "Creación", esperando recibir ...

Observa que Vicente sigue con atención la obra de artistas sinceros, puros de intención, que opina donde termina la sinceridad empieza la trampa y la vanidad. Sostiene que Huidobro es el verdadero clásico del nuevo arte y que sus poemas son autónomos, que no tienen nada que ver con los dadaístas, expresionistas, etc. Le solicita que le indique donde podría encargar los primeros libros de Huidobro. ...

Pregunta si ha recibido la carta dirigida a París. Le celebra la noticia de que se haya abierto camino en aquellos países. Le solicita que le envíe dos poemas, su libro y su revista. Luego le cuenta que salió publicado en una revista un poema suyo junto con uno con el que asustó a los lectores. Machado le anuncia que publicará en "El Sol" notas sobre creacionismo. En Madrid aparecerá una nueva revista ...

Vicente Huidobro le recuerda a su mujer ir a la conferencia de Gleizer, ir a ver a la Sra. de Maximiliano Ibáñez, que lo disculpe por no haber asistido al banquete y, por último, que le escriba a Gris dándole su dirección en Madrid

Ha recibido varias cartas de una señora americana pidiendo permiso para publicar una adaptación para niños, la que no perjudicará a la traducción seria que él había hecho. Él contesto diciendo que se comunicará con sus editores en Londres y EE. UU. La señora le asegura que esta adaptación infantil será muy vendida.